Cine
El cuento de hadas que sigue hablando al mundo 75 años después
6.12.2025, 13:37
Hace 75 años, el estreno de la película "Das kalte Herz" (traducida al español como "El corazón de piedra"), atrajo en Alemania Oriental a 10 millones de personas a los cines.
Desde entonces, este film de los desaparecidos estudios Defa de 1950 se ha convertido en un clásico que se emite todos los años en televisión para Navidad. Se trata de la adaptación del tradicional cuento de hadas "El corazón frío", de Wilhelm Hauff, que rodó el director muniqués Paul Verhoeven.
El aniversario del estreno de la que también fue la primera película a color de la República Democrática Alemana (RDA) se cumple este lunes 8 de diciembre.
Un corazón de piedra y el precio de la felicidad
En su intento por escapar de la pobreza y la sencilla vida de carbonero, Peter (interpretado por Lutz Moik) recurre al "Schatzhauser", también conocido como "Glasmännlein" ("Hombrecillo de Cristal", encarnado por Paul Bildt), un amable espíritu del bosque que le concede inicialmente sus deseos inmaduros. Así, Peter se convierte en el orgulloso propietario de una fábrica de vidrio y se gana el afecto de la bella Lisbeth (Hanna Rucker).
Pero, su propia imprudencia hace que pronto se le acabe el dinero, por lo que Peter busca la ayuda del demoníaco "Holländer-Michel" ("Michel el Holandés", encarnado de manera inolvidable por Erwin Geschonnek). Este le intercambia su corazón por uno de piedra, con el que Peter se vuelve rico y exitoso, pero también duro y orgulloso. Solo cuando su felicidad con Lisbeth se rompe violentamente, encuentra con la ayuda del duende bueno el valor para reclamar su corazón.
La costosa primera película en color de la Defa
La adaptación cinematográfica de Verhoeven del cuento de hadas de la Selva Negra es el primer largometraje en color de la RDA. Se rodó en el estudio cinematográfico de Babelsberg y en el bosque de Turingia.
Según datos de la Fundación Defa, el coste ascendió a 3,2 millones de marcos, una producción relativamente cara para la época, que superó en varios cientos de miles de marcos la suma prevista. Sobre todo los trajes y los efectos especiales fueron muy caros.
Entre los efectos más llamativos se contaron la reducción a pequeño tamaño del espíritu bueno, y en cambio la sobredimensión del malvado, lo que se consiguió mediante el procedimiento del espejo o construcciones en perspectiva.
Para transformar a Geschonnek en el espeluznante holandés Michel, le rellenaron la boca con algodón y le doblaron las orejas. Una lente de contacto pintada de blanco hace que uno de sus ojos parezca muerto.
La obra original del escritor Hauff, de 1827, es una de las más importantes del romanticismo tardío, en la que entrelaza el mundo de los cuentos de hadas con la vida real.
En aquella época, la tala indiscriminada de la frondosa Selva Negra enriquecía a los propietarios forestales y a los fabricantes de vidrio, mientras que los leñadores y carboneros tenían que trabajar por un salario de miseria.
Por un lado, "Michel el Holandés" representa la prosperidad y la riqueza despiadadas a través de la especulación; por otro, el "Hombrecito de Cristal" es el prestigio y la satisfacción a través del trabajo artesanal y la humanidad. Con su visión de la relación del ser humano con los bienes y el dinero, el cuento de Hauff y la adaptación cinematográfica de Verhoeven trascienden con creces sus épocas.